Al igual que las cremas, no todos los tejidos frenan igual los rayos solares y sus efectos, que van desde el envejecimiento, quemaduras y la aparición de manchas en la piel hasta un posible cáncer. Por tanto, cubrirnos con ropa tiene muchas ventajas: ahorramos crema solar y evitamos descuidar ciertas partes.
Según recientes investigaciones en los textiles de la ropa de verano para la protección contra la radiación ultravioleta, es importante considerar el entramado del tejido, el grosor del hilo y el tinte o color.
El entramado menos tupido es el de las camisas de lino, ya que es en forma de colador. Debido a eso, pueden proteger apenas como una crema de factor 10. Las camisetas de algodón, por su parte, pueden llegar a resguardar de los rayos ultravioleta como una crema de factor 40, ya que su entramado es más compacto. Y más aún las polos, el equivalente a una crema con un filtro de 200.
Respecto al color, si son de colores oscuros, el filtro aumenta, ya que la tinta se adhiere a los hilos y los vuelve más gruesos, disminuyendo así la distancia entre ellos.
Esto es, si una camiseta de algodón está muy usada y gastada, su entramado se habrá debilitado y bloqueará menos los rayos de sol. Además, si está mojada el filtro será menor pues los rayos de luz entran en el tejido mojado de forma más directa y se dispersan. Además, el agua hace un efecto lente. Aunque esto solo afecta a las camisetas de algodón y no a las técnicas, las fabricadas con poliéster específicamente para hacer deporte. De acuerdo a los expertos, éstas últimas son las que más cuidan la piel del sol.
Las opciones más sofisticadas son las prendas con la protección solar incorporada, generalmente diseñadas por marcas deportivas. Los tejidos de estas prendas suelen tener aditivos cerámicos o minerales, como el óxido de titanio, que hacen que reflejen la luz.
Aunque hoy para protegerte no necesitarías vestir prendas de tejido especial, bastaría con que todas las prendas incluyeran en su etiqueta el factor de protección.
César Vargas
Periodista